Durante este año 2024 caduca el actual Proyecto de Ordenación del Monte La Jurisdicción (Monte Abantos) y vemos conveniente una actualización de prioridades, ante la preocupante situación del monte.
Además de la educación ambiental, entre los fines de nuestra asociación se encuentra la promoción de los valores naturales del Monte Abantos, del Bosque de La Herrería, y de la Sierra de Malagón en general, y contribuir a la conservación de los espacios naturales del entorno escurialense y de la biodiversidad local.
A lo largo de estos años hemos organizado campamentos, excursiones escolares, rutas interpretativas, charlas y conferencias, cursos y talleres de educación ambiental en centros escolares… siempre poniendo en valor la historia de Monte Abantos, campo de experimentación de la primera gran reforestación acometida en España, a finales del siglo XIX. Como entidad local vinculada estrechamente al Monte Abantos, consideramos que el vigente Proyecto de Ordenación del MUP N.º 46 2015-2024 es bueno, y coincidimos en la necesidad urgente de avanzar hacia una eficiente conservación del monte, proponiendo la abolición definitiva del coto de caza, y medidas efectivas para reducir las agresiones ambientales, especialmente en lo que se refiere a la proliferación de bicicletas y la práctica del enduro.
Debido a la pobreza del suelo, agravada en los últimos años por los efectos del cambio climático (sequías prolongadas, fuertes precipitaciones, danas…) y la fuerte erosión causada por la proliferación de motos y bicicletas por todas las laderas del Monte Abantos, han caído a lo largo de este último año cientos de árboles, principalmente pinos resineros y silvestres, incluso robles, muchos de ellos centenarios. Nos permitimos recordar que está prohibida la circulación de vehículos a motor en todo el monte Abantos, y que las bicicletas sólo pueden circular en la pista forestal y en el sendero de las zetas de la Horizontal, única ruta MTB autorizada.
En los últimos años todo el esfuerzo de la Comunidad de Madrid en el monte se ha concentrado en la prevención de incendios, ejecutando operaciones de desbroce a ambos lados del Cordel del Valle desde El Tomillar hasta la zona del arca del Helechal. Dudamos mucho que la destrucción del sotobosque en esta enorme franja tenga efectos directos en la lucha contra los incendios. Nosotros creemos que para luchar contra los incendios forestales es más efectivo aumentar la vigilancia y apostar por una correcta Educación Ambiental, tanto en las escuelas como en las instituciones. El riesgo potencial de incendios reside ahora mismo en las prolongadas sequías, en las sucesivas olas de calor a lo largo de todo el año (no sólo en la época estival), y muy especialmente en la proliferación de la práctica del enduro. Las motos están convirtiendo el Monte Abantos en una auténtica pista de enduro, especialmente en las laderas de la vertiente del Cerro de La Cabeza (zona de Los Llanillos), donde circulan prácticamente a diario varias motos monte a través, ante la pasividad de los agentes forestales.
En general, la creciente presión humana, especialmente de motos y ciclistas (que ahora existe durante toda la semana), tiene un impacto negativo sobre el suelo, la flora y la fauna. Las motos y las bicis que circulan fuera de la pista están creando nuevos caminos que generan mucha erosión en el maltrecho suelo del monte, y está causando de manera directa que muchos pies de árboles se estén cayendo (así lo hemos podido constatar con varios ejemplos a lo largo de todo el monte). Consideramos que es muy urgente y necesario aumentar la vigilancia, imponer las sanciones oportunas y poner carteles que expliquen claramente los usos autorizados y no autorizados del monte, para evitar que este tipo de prácticas destructivas se sigan extendiendo.
Por otro lado, en el contexto del creciente uso recreativo del monte, consideramos que el coto de caza genera importantes riesgos de seguridad ciudadana, además de suponer una actividad que es absolutamente incompatible con la biodiversidad, la cual debe ser concebida como el principal motor del turismo de naturaleza, en auge a lo largo de los últimos años, y que se concentra aquí como consecuencia directa de los valores que motivaron la conservación del espacio natural (Paisaje Pintoresco, Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Sierra de Guadarrama y Red Natura 2000).
No existe en la actualidad ningún problema asociado a la fauna silvestre en el Monte Abantos, ni con los corzos ni con el tan denostado jabalí. No obstante, no nos oponemos a que se establezca un plan cinegético serio y riguroso, siempre y cuando esté enfocado hacia el control poblacional y la salud animal, en función de evaluaciones anuales de impacto y carga cinegética que realice personal técnico cualificado, que planifique batidas puntuales bajo criterios estrictamente científicos en función de los datos obtenidos en los informes técnicos previos. Creemos que hay que sacar definitivamente la caza deportiva del uso habitual de los días de la temporada, a la terminación de plazo del actual coto. Dado que estamos en un espacio natural protegido cada vez más visitado y transitado, se debe priorizar siempre la conservación de la biodiversidad frente a la práctica de la caza deportiva por ser esta una actividad lesiva y muy peligrosa.
Por todo esto y otros motivos, hemos presentado un escrito a la Dirección General de Biodiversidad y Gestión Forestal de la Comunidad de Madrid, para que tenga en cuenta nuestras consideraciones de cara a la renovación del actual Plan de Ordenación. Es prioritario para los próximos años:
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Definir y regular los usos de los caminos y senderos.
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Ordenar los usos autorizados y no autorizados del monte.
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Eliminar el coto de caza y sacar el centro canino (rehala) del monte por su impacto negativo y las molestias que genera.
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Aumentar la vigilancia para controlar y sancionar a motos y bicicletas que circulan por senderos no autorizados o fuera de traza.
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Regular y reducir las actividades recreativas y deportivas, sancionando a los organizadores que no retiren las basuras ni las señales de plástico con las que marcan los itinerarios.
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Fomentar la conservación la biodiversidad y del paisaje del monte como principal motor de un turismo sostenible, frente a otras actividades más lesivas y peligrosas.
