ACTIVIDADES EDUCATIVAS EN DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE

Aula de Naturaleza Graellsia

Acción «Libera» en la Cruz de Rubens (Puerto de Malagón)


El pasado 3 de diciembre realizamos una nueva batida de limpieza en el Monte Abantos, coincidiendo con la campaña «1m2 por los campos, bosques y montes» del proyecto Libera (SEOBirdlife & Ecoenves).

A nuestra convocatoria acudieron 18 voluntarios y voluntarias que, a pesar del frío y la dureza de la ruta, decidieron acompañarnos en esta misión de liberar al monte de la basura acumulada. Partimos a las 10:30 h. desde San Lorenzo de El Escorial hacia el Monte Abantos, ascendiendo por el GR hasta la Fuente del Cervunal. Desde allí tomamos la pista forestal hacia el Puerto de Malagón y realizamos nuestro transecto en el área de la Cruz de Rubens.

Realizamos batida de limpieza a lo largo de toda la ascensión, retirando de los bordes del sendero todo tipo de residuos. Principalmente recogimos clínex y toallitas húmedas, envoltorios de chocolatinas, fragmentos de papel de aluminio, latas de bebidas, minibricks, fragmentos de vidrio, mondas de plátanos y mandarinas, alguna colilla, bolsas y numerosos fragmentos de plástico. Sobra decir que las áreas donde se presentaron mayores acumulaciones de basura fueron las del entorno de la fuente del Cervunal y en el mirador de la Cruz de Rubens, lugar donde teníamos previsto realizar el transecto.

El mirador de la Cruz de Rubens es un lugar muy frecuentado por senderistas a lo largo de todo el año.

Al margen de la acción de limpiar el monte, que de por sí es muy importante, el proyecto Libera tiene una base científica con la que trata de realizar una labor de identificación de los residuos recogidos, con el objetivo de ayudar a radiografiar los espacios naturales y a buscar soluciones eficaces adaptadas a cada lugar y espacio concreto. Basándonos en el método científico, hicimos uso de una de las herramientas de ciencia ciudadana diseñadas para la caracterización de los residuos encontrados en la naturaleza: La aplicación eLitter. Realizamos un trasecto de 100 x 6 m y recogimos los datos de toda la basura que nos encontramos a lo largo de toda la superficie. Los resultados de nuestra batida pueden verse aquí.

Para realizar el «barrido» en el transecto tuvimos que emplearnos a fondo porque la gran mayoría de la basura estaba escondida bajo las rocas. En total, sólo en el transecto, sacamos cerca de 3 kg de residuos (a los que hay que añadir otros 6 kg de toda la basura encontrada durante la ascensión. Son datos muy significativos que dan una idea de la magnitud del problema.

Especialmente llamativa es la cantidad de clínex y toallitas húmedas que nos encontramos. Por favor: Tengamos cuidado con el uso «fraudulento» de la palabra «biodegradable». Un clínex, las mondas de cítricos y de plátanos, las cáscaras de cacahuetes, pipas… etc. NO son biodegradables por el simple hecho de que allí donde los dejas no existen los microorganismos que son capaces de su descomposición.

Y qué decir de las colillas, no sólo por los contaminantes que desprenden, sino por el riesgo extremo de incendios forestales…

La falta de educación ambiental (y de civismo) están detrás de estos resultados tan llamativos. La ciencia podrá aportar muchos datos al respecto, pero nunca nos dará una explicación de qué es lo que mueve a alguien que ha hecho el esfuerzo físico considerable para subir hasta aquí a disfrutar de la naturaleza, a desprenderse de su basura dejándola oculta bajo las rocas. ¿Por qué pesa tanto la basura en una mochila? ¿Por qué te molesta tanto bajar una lata vacía que subió en tu mochila cuando estaba llena? ¿Por qué te molesta bajar en tu mochila las mondas de tu mandarina, de tu plátano, los envoltorios de tu comida, los clínex sucios. las toallitas húmedas…?

A la vista está que los programas de Educación Ambiental implantados en las escuelas desde hace años no funcionan, y ya es hora de hacer algo al respecto. Mientras tanto, lo más que podemos hacer, además de limpiar los montes, es informar y concienciar a la sociedad en su conjunto de la magnitud del problema: Hay mucha, demasiada basura en la naturaleza, y se sigue acumulando; hay microplásticos en los mares, en las playas, en los ríos… en el agua que bebemos. La ciencia ya ha demostrado que circulan nanoplásticos en nuestro torrente sanguíneo. ¿Qué más hace falta para tomar conciencia?

Por nuestra parte, no perdemos la esperanza y seguiremos luchando por una educación ambiental efectiva, tanto en las escuelas como en las empresas, en las administraciones y en todos los ámbitos donde habitualmente nos movemos.

Desde aquí queremos dar las gracias a los que nos acompañasteis durante la batida, y a las miles de personas que de forma voluntaria se han implicado en el proyecto Libera durante esta campaña y todas las demás: Sois unos auténticos Héroes.