Hoy ha sido sofocado un incendio forestal cerca de La Penosilla, en la ladera sur del Monte Abantos. El conato se inició en torno a las 19:00 h., pero la ausencia de viento y la rápida intervención de los Bomberos de la Comunidad de Madrid, de las brigadas y agentes forestales, y algunos vecinos del municipio, evitó que el incendio se propagara por todo el Monte Abantos.
Las labores de control se mantuvieron hasta bien entrada la noche. El incendio ha afectado a unos 1.600 metros cuadrados de terreno forestal.
Todo parece indicar, por la hora y el lugar donde se produjo, que ha sido intencionado. También ha podido ser una negligencia (una colilla mal apagada, un cristal con efecto lupa…). Volveremos a escuchar lo que se repite año tras año durante la temporada de incendios: Que los montes están sin limpiar. La culpa vuelve a tenerla el monte, o la Administración que no contrata brigadas para la «limpieza» de los montes. Además de ser falso, desvía el foco de la atención. El foco debería estar en la causa: La llama que provoca el incendio, ya sea por intención o por negligencia.
La maleza y los árboles caídos son el sustento de la fauna y la garantía de la regeneración de un suelo que, en el caso del Monte Abantos, pasó varios siglos deforestado.
La falta de cubierta vegetal durante siglos hizo que se perdiera para siempre el suelo forestal. Gracias a la Escuela Especial de Ingenieros de Montes de San Lorenzo de El Escorial, que iniciaron los trabajos de reforestación a finales del siglo XIX, se está recuperando poco a poco el suelo del Monte Abantos. Toda esa madera que hoy cae al suelo va a ser pasto de los descomponedores, animales, hongos y bacterias que se alimentan de ella, que la transforman en suelo, a la vez que asegura el asentamiento de una fauna necesaria para el mantenimiento del equilibrio y la biodiversidad.
Volvemos a insistir en que lo único que hay que limpiar son las basuras y los plásticos que dejan los miles de visitantes que visitan el monte cada fin de semana. Hace falta más educación ambiental, no solo en las escuelas, también en las administraciones, en los medios de comunicación, en las redes sociales… Dejemos de culpar de los incendios al monte: El bosque es la víctima, no el culpable. Seamos más responsables, aumentemos la vigilancia y el control de los accesos, y evitemos entre todos que se repita la lamentable imagen del 20 de agosto de 1999: